martes, 23 de abril de 2013

La ironía.


La Ironía. (Errores de vista)

Ayer en la noche, andando por la calle me topé con un escenario, no sé si gracioso o funesto, pero era el de un loco peleando con una pared, bueno, no podría decir gracioso, porque no causa gracia el escenario del drama y mucho menos causa melancolía, ni mucho menos el sentimiento. Pero en realidad me encantaba cómo actuaba el loco, es la fórmula correcta hacia la bipolaridad, aunque así es el mundo, ese mundo que tiene unas tremendas ganas de ser mirado por dos lados diferentes, uno cara y otro completamente diferente, cruz. Y pues el escenario era cómo el de cualquier otro vagabundo loco, quien a causa de la lluvia intenta resguardarse bajo el techo de los portales de una casa, pero éste era diferente, estaba buscando el techo de los portales, pero la parte arriba, porque su gato, después de haber sido empapado por el salpicón de los coches de la banqueta, corrió a resguardarse entre las tejas, y así el loco casi arañaba la tapia que sostenía el techo de tejas dónde se encontraba su gato, resguardándose de los salpicones y aquí venía la parte funesta, que mientras el hombre se afanaba en trepar y alcanzar a su gato, las olas de agua de los coches lo mojaba continuamente, y cuando se encontraba ya a la mitad de  trepar la tapia, una ola de agua lo hacía resbalar, oh, pobre hombre tan lejos de los bienes materiales y tan relativamente lejos de la compañía de un ser querido, y ahí es cuando noté lo sustancial en la cara que imponía la risibilidad y era que él hombre estaba vestido con un saco y un pantalón de vestir preciosos, que aunque me hallara del otro lado de la calle (distancia media) parecía tener una etiqueta dorada, tenía además un reloj de oro en su mano, unos zapatos muy elegantes y además muy bien boleados, y un sombrero de copa que con una cadena de oro enrollada alrededor, todo chorreaba agua. Ahí vislumbré la parte más importante de todo, la ironía.

lunes, 22 de abril de 2013

El Extraño Bloque De Oficinas.

Esta es una historia que hizo una amiga, les dejo su blog a continuación: http://ultimam.blogspot.mx/
Es un lindo cuento que tiene un buen mensaje a mi parecer y espero que les agrade.

miércoles, 17 de abril de 2013

El Gran Escape


El Pony Anónimo.
“El camino era largo de tu casa a la mía, o al menos eso parecía cuando lo pensábamos con nuestras cabezas y lo veíamos con nuestros ojos.
Nuestras diferencias incluían gran rango de contraste, eso desde nuestros adentros a nuestras afueras.
“Nuestros itinerarios reunían en realidad trabajos de tiempo completo, inamovibles.
“Pero nuestras vidas se reunían rompiendo esa misma barrera, usando el mismo martillo, corriendo a la misma dirección.
“Me pregunto… ¿Cómo habrá llegado a suceder esto? Estando parados en el mismísimo borde del éxito, después de haberlo planeado perfectamente.
“Recuerdo esa mañana fresca cuando decidiste que lo harías, que era realidad la vida del apóstol que yo sería por ti y que tú serías por mí.
“Sigue siendo completamente lúcido cómo salimos de la casa sombría de aquél capataz de tu destino, de la casa que había llegado a ser cadena y candado de oro.
“No podría olvidar además, cómo saltaste del balcón cuando yo susurré tu nombre y también… cómo ambos moríamos de júbilo al pensar en tan sólo como sería la libertad en unas cuantas horas.
“Subir las cosas a mi carro fue en realidad un completo chiste, en comparación de lo que se nos venía encima.
“Pero tomamos todo y escapamos, dejamos todo atrás, tanto como tú, así como yo, era todo felicidad.
“Y como suponías, el ruido de los caballos despertó a la bestia, las añoranzas despertaron a quien las recela y junto con tu cadena de oro se soltó el lobo que te protegía.
“Y así nos fuimos, bebiendo vino y riendo porque él venía detrás de nosotros pero no nos alcanzaba, ni sus balas tenían bastante tino ni suficiente velocidad para alcanzar al amor verdadero, de manera que festejando llegamos al punto dónde queríamos llegar, luego de horas recorridas, minutos de persecución, botellas de merlot, polvo de carretera, movimiento de estrellas y todo eso que sucede en una noche, después de que el sol asomara sus primeros rayos por la corona de las montañas, espectáculo que no viste porque venías dormida y no quise despertarte.
“Supuse que el vino te había hecho mal y alquilé el cuarto de una posada y te puse sobre la cama, dónde dormías, hermosa y perfecta cuál ángel.
“Esperé bastante tiempo junto a tu lecho, observándote, esperando  a que abrieras tus ojos, porque no hay más hermoso espectáculo, ni momento, ¡Ni nada comparado! Al preciso instante en el que abres los ojos y le sonríes al nuevo día.
“Pero quién diría que ese mismo día llegaría yo a decirle a quién tanto nos había impedido:
 “— ¡Tomad mi vida! ¡Tomadla ahora mismo! ¿¡Eso querías no!? Pues eso has logrado ya que sin la dama que has matado,  la dueña de todos mis pensamientos y palabras; lo que tengo ahora, no me sirve, lo que tendré no lo querré, la libertad que poseo ahora no es tal y la vida sin ella no puede llamarse vida. Pues ella fui lo único que tuve.
“Irónicamente ahí nuestros caminos se cruzaron otra vez, claro, rompiendo la misma barrera, corriendo hacia la misma dirección.”

— ¡Despierta por favor amor! —Gritaba la dama agitando a su amante— No puedo vivir sin ti, ¡Deja de decir incoherencias por amor a Dios! — Con una mano tomaba la de su amante y acariciaba su cabello pues con la otra sostenía la herida de muerte que no paraba de sangrar a chorros. Los pasos de un tercero se oyeron… fuertes, toscos y con determinación, él tiró la pistola al suelo a guisa de paz, mas antes de que los dos dijeran una palabra, ella tomó la pistola e hizo lo propio.

 
FIN.

lunes, 15 de abril de 2013

El contraste, el amor y el pecado


El pony anónimo

“—Te voy a sacar de aquí
El griego le puso la mano en el hombro y le sonrió.
Todos estamos en el mismo manicomio, los de dentro y los de fuera. Tan sólo nos divide un muro.”
Bernardo Esquinca, Fragmento de "Octava Plaga"

Todos se reían de él, la gente lo miraba feo, las señoras que pasaban tapábanles los ojos a sus hijos para que no lo vieran, los hombres gruñían cuando pasaban junto a él y todas las personas, absolutamente todas se indignaban de oír aquél discurso, mientras las caras de asco pasaban y pasaban el loco no paraba de hablar sobre el amor.
Arañando el empedrado de esa vieja calle colonial se había acercado un muchacho que tenía una feliz mirada al escuchar al loco, finalmente el viejo loco cesó de hablar y el muchacho inquirió:
— ¿Cómo puedes comprobar que es verdad lo que nos dices?
El viejo tomó de la mano al muchacho y lo llevó a uno de los jardines de la ciudad, donde las plantas a razón  de la primavera daban hermosas flores, los perros descansaban en césped y los niños jugueteaban y perseguían a las mariposas, que traviesas, burlaban a los niños con feliz gracilidad.
— Decidme muchacho, ¿Por qué es este lugar tan feliz?
El muchacho miró a su alrededor, volviendo a retocar cada punto, cada persona, cada flor, cada mariposa y cada sonrisa pueril hasta que pensó en su respuesta y la expuso.
— Naturalmente, porque es hermoso.
El loco negó con la cabeza. —La hermosura es simplemente un espejo de lo que hay dentro, de la armonía que se genera en el interior, alguien feliz se ve hermoso, feliz, agradecido y comparte ese sentimiento, tu corazón lo dicta todo, muchacho.
Entonces el muchacho se quedó un buen rato cavilando, atrapado en su cabeza y entonces preguntó:
—Y si es todo así ¿Por qué el amor es...
El anciano no lo dejó terminar y lo jaló hacia a una plaza  llena de pequeñas mesas donde servían café y los enamorados se sentaban a mirarse profundamente o a besarse, al fondo se oía un acordeón y las palomas blancas volaban de un lado al otro.
—Respóndeme algo muchacho—Dijo el loco señalando a dos mesas de la plaza— ¿Cuál de las dos parejas se querrá más?
El muchacho pensó otra vez y observó detenidamente a las dos parejas sentadas en las sólidas mesitas metálicas de jardín, una de las parejas se besaba y se agarraba de la mano, y la otra pareja se dedicaba a mirarse entre sí, recargando sus codos en la mesa y apoyando su cabeza entre las manos. Tenía ya su respuesta y respondió:
—No creo que las otras dos personas sean pareja aún.
El viejo rió y comenzó a toser. —Lo dices porque tú piensas como ellos dos—Señaló a la otra pareja.
El muchacho se ruborizó y se puso a pensar otra vez, pero el viejo interrumpió sus pensamientos diciéndole:
—Ahora hazme un favor... y será el final de mi enseñanza
El muchacho aceptó asintiendo con la cabeza.
—Muy bien—Dijo el anciano—Quiero que me lleves con aquella persona que… am, pues es especial para ti.
Y esta vez el muchacho lo tomo por la muñeca y lo llevó a una casa de piedra, grande, atrapada entre enredaderas y que tenía una terraza que cortaba un ángulo del segundo piso dónde estaba sentada leyendo sobre una silla de madera, una bella doncella, de una constitución media (ni robusta ni delgada) con unos preciosos cabellos cafés que brillaban al sol, una enigmática mirada color azul unos delgados y muy finos labios rosados y una nariz respingada.
—Es ella—Señaló el muchacho a la damisela.
—Vaya que es bonita. —Dijo el viejo asombrado— ¿Es tú novia?
— Sí lo es señor. —Respondió el muchacho.
— ¿Y la amas?
— No, la quiero. El “amar” es una palabra muy fuerte.
El viejo rió una vez más como antes pero ahora en vez toser, la risa se le oyó intensamente seca.
— ¿Qué pasa señor? ¿Por qué se ríe?
—Porque la palabra amar… tiene como 350 traducciones, y sólo una interpretación, la utilizan desde los más pobres hasta los más ricos, las mujeres lo desgastan como cincel a una barra de mármol, los hombres la han inventado con un fin y es por supuesto expresar algo, que cómo ya he dicho… sólo significa algo y para millones de personas significa lo mismo, pero no has de querer perder el tiempo con lo que te va a decir el viejo loco de la calle principal ¿O sí?
El joven se le acercó y le puso la mano en el hombro.
—Quiero oírle cada palabra señor.
El viejo se estremeció otra vez y casi casi gritando continuó…
— ¿Qué amar es una palabra muy fuerte? Pues entonces no la amas en realidad, el “te amo” existe para todo aquél a quien quieres fuertemente, a quien abrazas con el corazón con gran sentimiento o a aquél a quien necesitas, pero…— alzó los brazos y los extendió y comenzó a hacer ademanes— No es aquello, que se sienta especial, es un sentimiento común… pero en realidad el amor que se tiene hacia una dama no tiene definición ni traducción a otro idiomas ¡Mucho menos al lenguaje de los besos y al acto del coito! Aquél que no ha sentido que un te amo no es un realidad un te amo, sino un te quiero, y un te quiero es cualquier cosa entonces no ha sentido qué es el amor. Y no falta aquél que te dirá: “Pero si es que se ha acabado entonces no era amor” pero ante toda lógica fría, lo era, el amor no espera nada a cambio amigo, el amor es amor por amor, pues porque aunque se haya acabado, tú la querías a ella o ella a ti. Y yo puedo decirles a qué es lo que le llamo “lo inexplicable” el por qué he descartado al mundano “te amo” por una metáfora o una analogía, a explicar el sentimiento, a expresar directamente lo que sientes, a algo que no te lo va a decir un diccionario a algo que no puedes ponerlo como general, porque… ¡Oh! ¿Quién habrá sentido antes correr por la sangre de un águila negra que vuela sobre el Himalaya cuando habla con ella? ¿Quién sintió antes salir de su cuerpo mientras olía el aroma de su cabello? ¿Quién sintió todo como una fantasía después de haber sentido el deleite de sus labios? ¿Quién ha creado la música más hermosa en su cabeza mientras te cuenta su día? ¿Quién ha bailado al son de las aves después de haber pasado un segundo a su lado? ¿Quién creó todo un mundo alrededor de una serie de miradas?  ¿Quién ha llorado tanto la muerte de aquello que no ha muerto?
El muchacho harto de escuchar al viejo se convenció que era no más que un loco por lo que llamó a la policía y pidió que lo llevaran a internar a un hospicio, un manicomio o que le aplicaran eutanasia, pero el viejo perdido en sus sentimientos y en sus ideales no se dio cuenta que él se había marchado. Los policías tomaron al viejo por los brazos
pero él seguía gritando:
— ¡Fui yo! Y eso suena muy simple aquí ante ustedes, porque el lenguaje encadena al corazón y a los sentimientos, así como el cuerpo encadena al alma, pero lo más importante es… ¿Quién perdió la razón jugando a esconderla él mismo? ¡FUI YO! ¡Carajo fui yo! ¡Y ahí no había muerte! ¡Y ahí no había odio! No había guerras.

A la mañana ya no había loco gritando, ni niños riendo, ni madres censurando, ni hombres mirando feo, el mundo volvió a borrar una duda de sus páginas blancas.

viernes, 12 de abril de 2013

Yo no tuve raposas.

Preguntas, dudas, comentarios, lo que sea.
El Pony Anónimo

Cuando llegó había dejado a su caballo amarrado a un cacto, en ese desierto pedregoso y accidentado; había caminado por más o menos unas siete horas, ya se hacía de noche, el sol pretendía de un momento a otro esconderse en el horizonte.

Él había recorrido aquél desierto en el nombre de la justicia, en el nombre de todo aquello que es sagrado en éste mundo, por todo aquello que pretendía valer la pena o ser algo prometedor, pero ese algo ya lo hacía arrastrar los pies y caminar bastante encorvado, sin embargo los arrastraba con una determinación psicópata que rozaba los extremos del valor hasta casi saltar a la locura y con esa misma determinación volteó hacia todas direcciones, en vano, sin  encontrar lo que buscaba.

Caminó todavía largo rato, cuales fueron como un infierno, se encorvaba más y más, se arrastraba más y más a cada paso y moría lentamente en la deshidratación, mas podría morir él pero no su espíritu, no en ésta vez tan crucial. De repente un coyote salió corriendo hacia él y mordisqueó de modo juguetón su bota de piel, él reaccionó inmediatamente y sacudió dicho pie, sacando a volar al coyote, que dio volteretas por la tierra. El coyote se paró rápidamente y se sacudió.
—No pareces muy amigable—Dijo el coyote mientras inclinaba la cabeza—Debe de ser la falta de agua y tu inmunda impotencia ¿O no?
—Cállate— Le respondió el hombre de las botas—Te podría matar a patadas, pero no es preciso desperdiciar energía.
—Interesante—Expresó el coyote con cara dubitativa—Estás moribundo y piensas todavía en lo que estás buscando, vaya que los humanos son estúpidos, pero yo no me aprovecho de estúpidos.
Dicho esto, el coyote salió corriendo de escena, con brinquitos gráciles casi propios de una delicada dama.

Y así fue, el tipo siguió luchando por lo que pensaba sagrado. Por eso caminó y caminó todavía convencido de que encontraría lo que estaba buscando, y así cayó la noche, oscureciendo todo a su paso, enfriándolo todo, hecho que le dio más fuerzas y caminó aún más rápido. Sus pasos inquietos resonaban por todo el desierto, el sonido de las botas despertó al coyote que ahora descansaba.
.
— ¿Sigues aquí?—Dijo el coyote posando debajo de un montón de piedras—Pensé que ya te estarían buscando los carroñeros.—Dio una pausa y lo miró fijamente.— Y dime... ¿Qué es tan importante cómo para mantenerte aquí?
El sujeto se echo a reír y le dijo: —Aunque te dijera no lo comprenderías, eres sólo un animal.
—Los humanos son todos iguales.—Dijo el coyote echando su cabeza a tierra otra vez y se dispuso a dormir.

El sujeto siguió su camino, tiritando por el frío de una noche desértica, se estaba quedando inmóvil, sin duda le quedaba poco tiempo, debía apurarse por lo que se echó a andar todavía más rápido, corriendo por todo el desierto, hasta que una voz le llamó y paró en seco.
—Oye, ¡Leandro! ven para acá—Decía la voz— Ven para acá buen caballero.
Leandro miró hacia todas direcciones pero no logró dar con lo que le hablaba.
— ¡Leandro, por favor! Veme, estoy acá abajo.
Leandro giró su cabeza viendo al suelo y encontró a una serpiente que lo miraba.
—Oh, Leandro, ahí estás... un tipo se la pasó gritando tu nombre.—Refirió la serpiente— Y vaya que es molesto, de hecho, pensé en morderlo pero en lugar pedí que me contara su historia, con la condición de darle de beber, pues no es común ver a humanos por aquí.
— ¿Dónde está ese cabrón?— Dijo Leandro colérico— Lo voy a despedazar cuando lo vea.
— No te apures Leandro, debe de estar durmiendo por ahí, soñando con tu hija.
El rostro de Leandro se descompuso en una tremenda e incontrolable ira que causó que levantara el pie para aplastar a la serpiente, pero no lo hizo.
—Sabía que no lo harías, si me matas morirías tú también.—Subió por su cuerpo, enrollándose en el torso sólo para decirle cara a cara lo que quería:— Mira, campeón, te tengo una propuesta, viendo tu sed de venganza te doy dos opciones; te digo la salida hacia el pueblo más cercano o simplemente te digo dónde está el muchacho, piénsalo bien.
Leandro no lo pensó dos veces y pidió:—Dime dónde está el muchacho.
— ¿Seguro?
— Segurísimo.
—Perfecto, mira... ¿Ves esas piedras apiladas ahí? Caminas tres pasos hacia el cactus que está hacia las montañas y luego diez hacia las rocas del cañón.

Leandro después de haber seguido las instrucciones llegó a unas piedras que formaban un anfiteatro, dónde  en el centro tocaba la luna con su luz blanquecina, y ahí en el centro del anfiteatro yacía tendido en el suelo un muchacho, robusto de facciones duras, Leandro se acercó poco a poco. Una sombra apareció detrás de Leandro.
—Papá, no lo hagas...
Se detuvo.
—Cállate, tú no tienes voz ni voto en esta casa ahora, prostituta.
—No, papá, yo lo amaba y nuestro amor eclosionó en eso, como todo amor, así se demuestra.
— ¡No digas tonterías, asquerosa prostituta!— Golpeó el aire con la mano abierta y desapareció la sombra.—Ahora sí puedo hacer lo que tenía que hacer, levántate rufián, para que veas lo que se te viene.
Desenfundó su pistola mientras lo golpeaba las costillas con la punta del pie. Y tan sólo abrió los ojos el muchacho y... ¡Pum! una bala atravesó entre sus ojos y la sangre salió de la herida y sorprendentemente, por lo que la sed y las necesidades humanas provocan, Leandro bebió de ella y le encantó, la brutal sensación de hacer pagar a alguien, lo que merece, de haberle hecho pagar por cancelar la boda arreglada, por un simple bastardo. Con la fuerza de la sangre nueva, de la redención incorrecta se echó a correr de vuelta a su caballo, con energía, con júbilo, con la ilusión de haber hecho lo correcto y aquello que había hecho lentamente, antes arrastrando los pies lo recorrió ahora con una rapidez intrépida y efectiva pero ya cuando llegó... se dio cuenta que su caballo había muerto.
El coyote lo veía desde lejos... y se dijo a sí mismo: —La naturaleza es sabia, —Lo es.—Respondió la serpiente acercándose a él.

domingo, 7 de abril de 2013

Afortunado en el juego...


El Pony Anónimo

Y pues ahí estaba, sentado en el sofá, el único sofá que me quedaba… ah, esas cosas de la vida, tal vez tenían razón después de todo, debía pensar a futuro, pero nunca  quise hacerles caso, después de todo… Están aquí para arruinarnos la vida ¿No?
Interrumpió mis pensamientos una voz ronca que olía a alcohol:
—Oye… compa, y ¿Cómo vas con las deudas del juego? — Se sentó junto a mí.
No quería responderle, no quería que supiera lo sucedido.
—Todas saldadas—Me recosté sobre el sofá y prendí un cigarrillo—Ve… tan excéntrico soy que puse un sofá en la calle para ver a las estrellas.

¿Cómo iba a explicarle lo que sucedió?  … Iba a decirle que… pero todo iba muy bien.

Iba muy bien, ¿Cómo negarlo? Unas noches en el bar del “Negro” me habían inflado bastante bien, salvo las amenazas que me habían hecho porque pensaban que hacía trampa, pero no lo hacía y aun así, las cosas caen por gravedad propia.

— ¿Entonces? ¿Está todo saldado?

Seguí todavía yendo un mes entero, ya no me iba tan bien como antes, pero dejaba ganancias, mi esposa disfrutaba su vida, ya no se quejaba de todo, el mundo era color de rosa y me encantaba, pero de rosa pastel quería hacerlo rosa mexicano y pues… un mes más tras los números de oro y empecé a manejar negativos, ya ni los tréboles, ni las herraduras de caballo, ni las milagrosas patas de conejo me salvarían.
—Así parece, todo saldado, —Reí secamente— ¿Pero quién quita que siga teniendo suerte y que lo embargado no haya sido ni una tercera parte de mi riqueza?
—Me alegra eso…—Señaló a mi mano—Compa, el cigarro te va a quemar la mano.
Empecé a sentir el calor y lo solté, ah, ¡maldita sea, ese era mi último cigarro! ¡Y se consumió!  ¡Me lleva!
—Bueno… ¿Y qué tal tu esposa? ¿Buena como siempre? — Y se echó a reír a carcajadas.
También eso era un gran problema, todos le traían ganas y yo lo sabía, su exigencia y su buen cuerpo eran como un control mental para mi… ¿Cómo mantenerla atada y feliz con mi sueldo de oficinista si el jefe es un maldito negrero?... la respuesta salió en las apuestas, nunca la vi más feliz, sobre todo cuando nos fuimos de vacaciones a Huatulco para despistar por un rato a mis acreedores y sus usuras.
—Por ahí está…—gruñí— Tan buena como siempre.
— ¿Y la niña?

Luego volví, después de maravillosas veladas con ella, amor por todas partes, su perfección, su esencia, que no olía más que a mi felicidad, pero sí, volví… Y no me sorprendió en lo más mínimo que ellos fueran los primeros que me llamaron, además de unos cuantos mensajes en el receptor de llamadas, dónde me decían que me habían despedido por no haberme reportado a trabajar. Debía de vender algo rápido, no lo sé, un coche tal vez… pero ¡pum! Viene la sorpresa de… “Martín, estoy esperando un niño tuyo.” No podía venir en mejor momento, en mejor momento para criarse en una silla rota, (porque ni para cuna).

—Por ahí anda, ya empieza a hablar.

Y los intereses hicieron subir la deuda de mis apuestas como espuma para chocolate, y al poco rato ya empezaban a embargar las cosas, pero pedí tiempo para pagarlo, aunque también tenía bocas que alimentar y no pude liquidar casi nada y al poco rato… esposa, hija, muebles, coches, trastos, casa… ¡Todo! Era ya de ellos y al final, sólo llegó un empleado a decirme: “El sofá es suyo, acaba de liquidar su deuda.” Y lloré, lloré bastante, era la único que me quedaba, y me recosté sobre él y es aquí donde estoy ahorita, en esta preciosidad de mueble, roble del fino, con un acabado muy bonito, oscuro y…
—Bueno, me alegro que todo esté bien compa. —Dijo alegremente. — Lamento haberte entretenido… Veo, que sacaste a la calle el mueble que te presté cuando recién te mudaste, bueno, pues lo necesito, para eso he venido.
Me quedé helado, había olvidado eso…
— ¡Perfecto! No te preocupes, tómalo, ya sacaré el otro que tengo en la casa.
Y se lo llevó, lo montó en su camioneta… ¡Y se lo llevó! ¿Por qué pensé en mentirle desde un principio? ¿Por qué lo hice? Maldición, y me senté en la banqueta.

jueves, 4 de abril de 2013

Cretino.

Dudas, sugerencias, comentarios.
El Pony Anónimo


Me eché sobre el sofá sin saber qué hacer, tal vez al caso prender un cigarro, pero pensé, esas mierdas así no sirven para ni madres, para distraerte tal vez, ¿Intentar solucionarlo? naah Daniel, te pasaste de pendejo, eres un perro cretino Daniel, eso es lo qué eres. Por eso estás solo. Oh, mierda como sea, de todos modos mi existencia es mediocre, sentarse todo el día a jugar o escribir porque esas son las únicas cosas en las que me siento bueno y... pensar sencillamente en la fantasía, decir... oh mierda, ¡Imagínate que el mundo sea de esa manera! ¡Estaría de poca madre! pero no es así, —Me carga la chingada— pero bueno, tal vez un cigarro no me vendría mal, un poco de baja gravedad siempre se aprecia.
Encendí el cigarro, se sentía bien, ese humo que marea es sencillamente espléndido, perfecto para pasar las cosas por alto... pero de repente en un bocanada... ¡bam! El diablo, se me aparece enfrente.
— ¡Su puta madre!—Grité— ¡Esta mierda no es tabaco!
—Claro que lo es, pendejo.—Dijo el diablo— Vine para decirte algo pequeño cabrón.
— Yo también tengo que decirte algo, ¡No existes wey! ¡Largo de mi puta casa!
El diablo rió entre dientes, sacando humo de la boca. —Vaya cretino—Dijo el Diablo—No puedes sacarme de una casa que no es tuya ¡Ni siquiera tus chingadas nalgas son tuyas!
Esta vez me tocó a mi reír, pero lo hice secamente, ya empezaba a sentir lo que se me venía.
— ¿Ah, sí?—Reté— ¿Entonces de quien pitos son?
—De mí por supuesto—Señaló a su pecho.— ¿Cómo creíste que un idiota como tú iba a poseer  a esas amargadas nalgas? ¿Cómo piensa un cretino como tú no sentirse sólo?
—Intento qué me acepten como soy.
—¿Como un pendejo?
— ¡Mierda, cállate, tú y Jesús...!
Y antes de que pude terminar, el diablo revolvió el humo y me llevó, a no sé qué lugar.
Y me llevó a un lugar bonito, precioso con candelabros y velas, con tapices de flores y alta mueblería, con un montón de preciosas mujeres, y unos compañeros de aventura, equipo de exploración y armas.
— Mira cabrón, te lo voy a poner sencillo— Dijo el Diablo— Ese wey que está allá arriba, ya te dejó, mira cómo se divierte al verte sufrir, yo te doy todo lo que quieras, amigos, mujeres, aventuras y diversión ¿A toda madre no?
Y ahí fue cuando abracé a una diversión, vacía, sin chiste, como el humo de mi tabaco, como la esencia de las botellas de alcohol, una diversión que me dejó blanco con el tiempo, pero que nunca pensé en dejar, y así pasó y pasó el tiempo y un día me eché sobre el sofá, esta vez con canas pintándome las sienes, sin saber qué hacer, ni una idea, tal vez al caso prender un cigarro, pero pensé, esas mierdas así no sirven para ni madres, para distraerte tal vez, ¿Intentar solucionarlo?

¡Rayos! Te quiero.



El Pony Anónimo


Tomé mi saco y me marché por dónde entré, molesto, sin decir adiós  y me dirigí a caminar por las calles oscuras de la ciudad, andando casi a tientas por las calles empedradas de la ciudad, vieja ciudad.
Pateaba una lata, pensando en cómo la vida no te da la oportunidad de cometer errores, como con la Señorita Irina, con su cabeza llena de preciosos rizos y las… oh, maldición, otra vez he llegado a lo mismo. ¡Deja de pensar en ella Daniel! Por cierto, éste no es el camino hacia mi casa… ¿Eh, Ves? Bueno, iré a preguntarle a la dama de allá. Era una dama que me estaba dando la espalda.
—Señorita, señorita, Disculpe… ¿Podría decirme por dónde llegar al viejo barrio inglés?

La Señorita me daba la espalda así que repetí:
— Señorita, ¿Sabe usted dónde puedo llegar al viejo barrio inglés?
— Puede llegar usted… por los rizos más hermosos y cafés que existen en ésta ciudad.
Mi cara se contrajo… y la dama parecía hablar en serio, así que le di las gracias y seguí hablando conmigo mismo. Pues bien, la dama me dijo algo, que no quería recordar, porque la vida y sus golpes… ¡Maldición, Daniel, no deberías descartarlo! ¿Qué tal y si es una de esas mujeres a las que les gustan los acertijos? Eh, bueno bueno, busquemos a los rizos cafés más hermosos sobre éste pueblo.
Y pues bien, con todo el peso de mi alma fui a parar a una cafetería, la mejor de aquél lugar en dónde de repente estaba perdido. Y le pregunté al tendero: — ¿Es aquí donde están los rizos más hermosos y cafés de la ciudad—
— Aquí hay rizos espumosos y cremosos— respondió el tendero. — Los rizos más cafés y hermosos están en dónde están  los vitrales más bonitos y brillantes de la ciudad.
¿Eh? Supongo que esos ya sé dónde encontrarlos  me dije a mi mismo y empecé a andar calle abajo otra vez, cantando feliz, raspando el adoquín con los pies, hasta que llegue a una catedral gigantesca y entré.
— ¡Padre, padre! — Entré gritando a todo pulmón
— ¿Qué deseas hijo? ¿Por qué tan inquieto? — Dijo una voz gruesa
—  ¿Están aquí los vitrales más bonitos y brillantes de la ciudad?—
Negó con la cabeza. —  No, se encuentran dónde está la mejor música.
Bueno,  tendré que seguir buscando… volví a decirme a mí mismo y luego, cruzando frente a un anfiteatro, escuché a un grupo de violines.
— ¡Hey! Muchachos…
— ¿Qué desea Señor? — Dijeron todos en coro.
Maldición sí que para todo estaban sincronizados, pensé.
—Quisiera saber dónde puedo encontrar dónde se toca la mejor  música
—Están dónde están las más finas joyas.
Y fui a parar, con las damas más adineradas de la ciudad pero el sueño me abatía, y caminé ahora sin son ni rumbo por las calles, con aquellas pistas que me dieron los extraños dando vueltas por mi cabeza y sin darme cuenta llegué, no al barrio Inglés, no a mi casa, si no a dónde estabas tú; porque tus rizos cafés son los más hermosos de este lugar, porque tus ojos brillan más y son más bonitos que el más bello de los vitrales, porque tu risa es tan perfecta cómo la mejor música y… bueno no falta decirte que las más finas joyas no serían de ninguna manera comparables con tu sonrisa, oh, bella damisela, no habré llegado a casa, sino a dónde me siento cautivo… cautivo de tu hermosura, de tu perfección, porque aunque errores he cometido, quisiera me dejaras verte otra vez, hablarte otra vez, porque te quiero.

No te llamas Irina tal vez, pero la tienes la misma inicial.
No es fácil hacer acertijos  y rimas a la vez así que me despido,
De la princesa más especial, de la dama celestial
Que en amores ha dejado mi corazón cautivo.
Oh, oh... ¡Qué mala métrica! —rié—.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿A quién le importaría si estuviera infectado? I y II

Un cordial saludo al lector:
Pues sólo a los que estén interesados en ésto... estoy escribiendo algo y quisiera que me ayudaran con las correcciones pertinentes, a todo aquél que le guste la lectura, porque... —ríe— no creo que tenga algún lector frecuente. Bueno en fin, estaré actualizando este "post" para publicar mis avances y correcciones del proyecto, el proyecto se llama ¿Qué pasaría si estuviera infectado? y es una historia sobre B. y sus episodios de amnesia, voy lento así que lo siento si de alguna manera no se disfruta la historia y siento también la inconstancia que tuve para hacer la historia de Ámbar, pero ahora ya tengo un poco más de experiencia y tengo una idea de la coartada.
De cualquier modo les dejo mi "ask.fm" para cualquier pregunta o sugerencia, después de todo nadie comenta aquí y nadie me pregunta allá, me gusta la crítica así que no duden en destrozarme de alguna manera.
http://ask.fm/DanielBolanosCachoIraizos

Gracias de antemano.
La historia a continuación...

El Ponny Anónimo