miércoles, 17 de abril de 2013

El Gran Escape


El Pony Anónimo.
“El camino era largo de tu casa a la mía, o al menos eso parecía cuando lo pensábamos con nuestras cabezas y lo veíamos con nuestros ojos.
Nuestras diferencias incluían gran rango de contraste, eso desde nuestros adentros a nuestras afueras.
“Nuestros itinerarios reunían en realidad trabajos de tiempo completo, inamovibles.
“Pero nuestras vidas se reunían rompiendo esa misma barrera, usando el mismo martillo, corriendo a la misma dirección.
“Me pregunto… ¿Cómo habrá llegado a suceder esto? Estando parados en el mismísimo borde del éxito, después de haberlo planeado perfectamente.
“Recuerdo esa mañana fresca cuando decidiste que lo harías, que era realidad la vida del apóstol que yo sería por ti y que tú serías por mí.
“Sigue siendo completamente lúcido cómo salimos de la casa sombría de aquél capataz de tu destino, de la casa que había llegado a ser cadena y candado de oro.
“No podría olvidar además, cómo saltaste del balcón cuando yo susurré tu nombre y también… cómo ambos moríamos de júbilo al pensar en tan sólo como sería la libertad en unas cuantas horas.
“Subir las cosas a mi carro fue en realidad un completo chiste, en comparación de lo que se nos venía encima.
“Pero tomamos todo y escapamos, dejamos todo atrás, tanto como tú, así como yo, era todo felicidad.
“Y como suponías, el ruido de los caballos despertó a la bestia, las añoranzas despertaron a quien las recela y junto con tu cadena de oro se soltó el lobo que te protegía.
“Y así nos fuimos, bebiendo vino y riendo porque él venía detrás de nosotros pero no nos alcanzaba, ni sus balas tenían bastante tino ni suficiente velocidad para alcanzar al amor verdadero, de manera que festejando llegamos al punto dónde queríamos llegar, luego de horas recorridas, minutos de persecución, botellas de merlot, polvo de carretera, movimiento de estrellas y todo eso que sucede en una noche, después de que el sol asomara sus primeros rayos por la corona de las montañas, espectáculo que no viste porque venías dormida y no quise despertarte.
“Supuse que el vino te había hecho mal y alquilé el cuarto de una posada y te puse sobre la cama, dónde dormías, hermosa y perfecta cuál ángel.
“Esperé bastante tiempo junto a tu lecho, observándote, esperando  a que abrieras tus ojos, porque no hay más hermoso espectáculo, ni momento, ¡Ni nada comparado! Al preciso instante en el que abres los ojos y le sonríes al nuevo día.
“Pero quién diría que ese mismo día llegaría yo a decirle a quién tanto nos había impedido:
 “— ¡Tomad mi vida! ¡Tomadla ahora mismo! ¿¡Eso querías no!? Pues eso has logrado ya que sin la dama que has matado,  la dueña de todos mis pensamientos y palabras; lo que tengo ahora, no me sirve, lo que tendré no lo querré, la libertad que poseo ahora no es tal y la vida sin ella no puede llamarse vida. Pues ella fui lo único que tuve.
“Irónicamente ahí nuestros caminos se cruzaron otra vez, claro, rompiendo la misma barrera, corriendo hacia la misma dirección.”

— ¡Despierta por favor amor! —Gritaba la dama agitando a su amante— No puedo vivir sin ti, ¡Deja de decir incoherencias por amor a Dios! — Con una mano tomaba la de su amante y acariciaba su cabello pues con la otra sostenía la herida de muerte que no paraba de sangrar a chorros. Los pasos de un tercero se oyeron… fuertes, toscos y con determinación, él tiró la pistola al suelo a guisa de paz, mas antes de que los dos dijeran una palabra, ella tomó la pistola e hizo lo propio.

 
FIN.

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