miércoles, 10 de octubre de 2012

PREFACIO

Daniel, El Pony Anónimo. 


Torrentes de sangre salían por sus muñecas, destellos de desesperación irradiaban sus ojos cafés, imaginaba que sería la última experiencia frustrante de su vida, porque su vida yacía en el suelo, junto con su sangre que emergía a borbotones de sus muñecas laceradas por su cuchilla, en un último suspiro, sus ojos se desvanecieron.

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Despertó, y una lágrima salió de su ojo ¿En verdad se había sacrificado en vano? ¿Era mentira acaso lo que sabiamos del suicidio? No se acababan todos los sufrimientos, miró a su alrededor, no había nada, nadie, ni una pequeña brisa de aire, ni el exhalar de sus pulmones producía movimiento aparente, se recostó sobre la nada y dió un suspiro, ya no quedaban más preocupaciones... de repente se abrió una puerta de la nada, de esta salió un hombre vestido formalmente con un sombrero tipo fedora y el resto del traje completamente negro, le sonrió y le dijo -He llegado en el momento indicado- se quitó el sombrero y le dió un sobre escrito con tinte rojo, soltó una risa, la miró fijamente y le dijo en voz más baja -No deberías de pensar tan fuerte, te pueden escuchar del otro lado- e inmediatamente la tomó de la mano y la llevó adentro de la puerta de dónde él había salido, el otro cuarto era un cuarto de color blanco, parecido a la sala de espera de un hospital, sillas de un lado, pero del otro lado había una mesa de metal en llamas con la inscripción: "DEJAR SOBRES LEÍDOS AQUÍ" ella leyó el suyo, este decía en letras pequeñísimas, "Tu juicio es mañana" después con una incertidumbre enorme dejó caer encima de la mesa en llamas su sobre y se quedó sentada en la sala de espera.
   Mientras atrás el sujeto de negro sonreía, algo en sus pensamientos habia captado la desesperación de ella, esa carta se quemaba en la vehemencia de sus ojos y deseos.
  El sujeto de negro era Antonio, fue reportero de suicidios y homicidios en 1918, para su trabajo y experiencia, un suicidio adolescente era un caso, funesto, pero común, pero este en especial, le causaba una gran inspiración, un deseo diferente, a ella, Antonio la había vigilado desde que estaba viva, el sabía algo en especial de ella, y quería acercársele, para la suerte de Antonio el había sido nombrado hace poco, unos dos o tres años, un miembro de la MPH o "Muertes Premeditadas Humanamente" y eso le daban un acercamiento a su objetivo.
 Pero el caso del interés de Antonio comenzaba en las celebridades ya muertas, ninguna de ellas se había hecho famosa ya muerta, de hecho en este mundo, tenían un inédito material de Queen y The Doors, tenían los libros del Proceso y El Castillo de Kafka, todo un sin fín de obras intelectuales de autores "inmortales", pero Antonio no sabía de algún autor que se hubiera vuelto famoso después de la muerte, sin haberlo sido antes en el mundo físico, pues tenía ante sus ojos su respuesta, Antonio sabía que si ella hubiera esperado a que las cosas se tornaran tranquilas, ahorita mismo ella sería famosa y ganaría un nobel. El había apostado con los "Shees" o apostadores de vidas, que ella llegaría a ser grande, pero cometió lo que él temía, un suicidió, así que Antonio perdió todo su dinero y ahora ahí estaba, esperando el mejor momento para esclavizarla como escritora, recuperar su dinero y volver a su vida de bohemio que tanto añoraba, sin que los problemas lo aplastaran...

4 comentarios:

  1. ¡Me encantó! Realmente espero sigas con esta historia, creo que ya se la recomendé a medio mundo, es muy buena, eres talentoso, sigue escribiendo, te quiero Pony Anónimo.

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  2. Simple y sencillamente grandioso, continúa con la historia, por favor.

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