Era más o menos
la media noche en un pequeño pueblo en
México, polvoso y lleno de casas hechas de adobe, algunas con paredes
roídas, casi a punto de caerse, algunas, tal vez para hacer juego con las otras casas tenían paredes con un
aplanado que simulaba bloques de adobe, en una casa alta, que desentonaba con
todas las demás, hecha de ladrillo, se oían los golpes que llamaban a la puerta…
— ¿Conoce usted a Mark?— Preguntó el personaje, mientras le pasaban una linterna por la cara —He venido desde Inglaterra para visitarlo ¿Lo conoce?
El portero se retiró… y cerró la puerta sin decir una palabra.
—Oh, perfecto—Suspiró—Es el décimo que me hace lo mismo, maldito pueblo mugroso.
Se dio la vuelta y decidió marcharse, regresando por el camino que llevaba al pórtico de la casa, pero antes de dar el paso la puerta se abrió nuevamente.
— ¿Conoce usted a Mark?— Preguntó el personaje, mientras le pasaban una linterna por la cara —He venido desde Inglaterra para visitarlo ¿Lo conoce?
El portero se retiró… y cerró la puerta sin decir una palabra.
—Oh, perfecto—Suspiró—Es el décimo que me hace lo mismo, maldito pueblo mugroso.
Se dio la vuelta y decidió marcharse, regresando por el camino que llevaba al pórtico de la casa, pero antes de dar el paso la puerta se abrió nuevamente.
— ¡Don, venga acá!—Llamó
el de la puerta, al instante que el personaje se acercó. Prosiguió en voz baja:
—Le diré dónde se encuentra el señor Mark, pero escúcheme usted bien… No le dirija la palabra a nadie por acá… no lo
haga… ¡Se lo advierto! Y… —Aclaró su garganta y señaló un camino que se abría
entre una arboleda— El Señor Mark vive ahí derecho, en una casa gigantesca,
ándese con cuidado, buenas noches.
El sujeto entró
entre la arboleda y caminó entre la oscuridad unos cuarenta minutos, dando
pasos torpes y trompicones debido a la naturaleza accidentada del camino y su
ceguera por falta de luz, hasta que topó con una tapia, maciza y gris, que
albergaba en todo su largo una hilera de lámparas encendidas con petróleo y detrás de éste se escondía un edificio
alto, con la arquitectura de las antiguas haciendas españolas.
— ¡Mark!
¡Maldición, Mark!… ¡Ábreme!—Gritaba golpeando la puerta—Te he estado busca…
La puerta se abrió y él soltó un golpe al aire— ¿Eres tú Mark?
— ¡Luke!—gritó de emoción el interlocutor— ¿Qué haces en México?
—Vine a buscarte, en Inglaterra ya sospechan de nosotros…—Suspiró aliviado— Pero me alivia haberte encontrado, ahora sé que aquí estamos seguros… ¿Cómo está Isabelle?
—Oh… ¿Isabelle dices? —Miró al suelo—Ella está… aún aquí, tal vez perdió el control del cuerpo que le servía de unión en este mundo pero, sé que ella… sigue viviendo en el cuerpo de esa humana, lo percibo—Mark inhaló bastante aire y lo suspiró en sus manos, una caja de cigarrillos apareció de pronto como producto de aquél suspiro— ¿Gustas? Ven, vamos a pasar.
La puerta se abrió y él soltó un golpe al aire— ¿Eres tú Mark?
— ¡Luke!—gritó de emoción el interlocutor— ¿Qué haces en México?
—Vine a buscarte, en Inglaterra ya sospechan de nosotros…—Suspiró aliviado— Pero me alivia haberte encontrado, ahora sé que aquí estamos seguros… ¿Cómo está Isabelle?
—Oh… ¿Isabelle dices? —Miró al suelo—Ella está… aún aquí, tal vez perdió el control del cuerpo que le servía de unión en este mundo pero, sé que ella… sigue viviendo en el cuerpo de esa humana, lo percibo—Mark inhaló bastante aire y lo suspiró en sus manos, una caja de cigarrillos apareció de pronto como producto de aquél suspiro— ¿Gustas? Ven, vamos a pasar.
Atravesaron
fumando el jardín que llevaba a la gigantesca casa colonial de Mark, y se
instalaron en una amplia estancia iluminada por varios candelabros, con unos
hermosos muebles mullidos de seda.
—Veo que has encontrado esencia de la fina—Exclamó Luke aspirando su cigarrillo— ¿Has construido el lugar tú solo?
—Para nada —Dijo Mark con tono de autosuficiencia—De eso se ocupan mis obreros, así les dicen aquí a los esclavos.
— ¿Llevas aquí 7 meses y ya tienes esclavos? ¿No estarás ocupando nuestra capacidad de control oral o sí?
—No, para nada aquí se echan la soga al cuello ellos mismos, dices que vienes a contribuir la inversión extranjera y hasta las mujeres te abren las piernas—Aspiró una vez más y exhaló de su cigarrillo—Es un país de crédulos, creo que aquí podremos vivir cambiándonos de cuerpos durante la eternidad.
—Si así tú lo dices Mark—dijo sacando el humo relajadamente—Espero que las cosas no cambien.
Una mujer bajó las escaleras, estaba vestida con un corsé que daba mucho de qué hablar, remarcaba su cuerpo, lo apretaba en las caderas y después la falda caía suavemente hasta los pies, llegó a la estancia y se inclinó haciendo una reverencia.
—Buenas noches, Caballeros.
—Buenas noches, Isabelle.
—Buenas noches, querida. —Dijo Mark— ¿Ves que tenemos un viejo amigo cómo huésped? ¿Te acuerdas de él?
—Se me hace conocido—Respondió Isabelle—Pero no puedo recordar nada de él.
Mark apretó fuerte los puños y se frunció el ceño, se veía demasiado enojado, como el toro que está a punto de dar una cornada.
— ¡Luke! Ella no es mi pareja—decía enfurecido—Te pido un favor, si es que quieres quedarte, toma el cuerpo de mi esposa, no soporto más a esa alma.
—Veo que has encontrado esencia de la fina—Exclamó Luke aspirando su cigarrillo— ¿Has construido el lugar tú solo?
—Para nada —Dijo Mark con tono de autosuficiencia—De eso se ocupan mis obreros, así les dicen aquí a los esclavos.
— ¿Llevas aquí 7 meses y ya tienes esclavos? ¿No estarás ocupando nuestra capacidad de control oral o sí?
—No, para nada aquí se echan la soga al cuello ellos mismos, dices que vienes a contribuir la inversión extranjera y hasta las mujeres te abren las piernas—Aspiró una vez más y exhaló de su cigarrillo—Es un país de crédulos, creo que aquí podremos vivir cambiándonos de cuerpos durante la eternidad.
—Si así tú lo dices Mark—dijo sacando el humo relajadamente—Espero que las cosas no cambien.
Una mujer bajó las escaleras, estaba vestida con un corsé que daba mucho de qué hablar, remarcaba su cuerpo, lo apretaba en las caderas y después la falda caía suavemente hasta los pies, llegó a la estancia y se inclinó haciendo una reverencia.
—Buenas noches, Caballeros.
—Buenas noches, Isabelle.
—Buenas noches, querida. —Dijo Mark— ¿Ves que tenemos un viejo amigo cómo huésped? ¿Te acuerdas de él?
—Se me hace conocido—Respondió Isabelle—Pero no puedo recordar nada de él.
Mark apretó fuerte los puños y se frunció el ceño, se veía demasiado enojado, como el toro que está a punto de dar una cornada.
— ¡Luke! Ella no es mi pareja—decía enfurecido—Te pido un favor, si es que quieres quedarte, toma el cuerpo de mi esposa, no soporto más a esa alma.
Luke obedeció, el
cuerpo que tenía era demasiado viejo así que no fue necesario suicidarlo, se
hizo una lucha de almas entre Isabelle y Luke, ambas luchando por un cuerpo,
hasta que Luke finalmente envió al alma de Isabelle al destierro.
—Su… cuerpo no estaba muy unido a su alma—dijo Luke — ¿Le hiciste algo acaso?
—No, ella había estado tomando almas y cuerpos para alimentarse, tanto que no pudo arraigarse bien en uno, Isabelle tomó a todas las mujeres y a sus cuerpos hermosos, extasiada en el placer de la belleza y entonces las mato a todas…—Dio una mirada de abatimiento hacia el suelo—Entonces ya no es posible comunicarnos con el pueblo, saben cómo trabajamos.
—Bueno entonces eso no nos da alternativa para robar cuerpos, o para manejarlos
— ¡Nos cierra el juego Luke!—Lo fulminó con la mirada—Y sé lo que piensas, no volveremos a lo metafísico, por nada del mundo, el juego de esos fantasmas que mueven objetos y se alimentan del miedo no es lo nuestro.
— ¡Tengo una idea!—Exclamó Luke excitado— Podemos crear nosotros a nuestros propios cuerpos, así podríamos vivir lo que quisiéramos, y tener los cuerpos que queramos.
—Su… cuerpo no estaba muy unido a su alma—dijo Luke — ¿Le hiciste algo acaso?
—No, ella había estado tomando almas y cuerpos para alimentarse, tanto que no pudo arraigarse bien en uno, Isabelle tomó a todas las mujeres y a sus cuerpos hermosos, extasiada en el placer de la belleza y entonces las mato a todas…—Dio una mirada de abatimiento hacia el suelo—Entonces ya no es posible comunicarnos con el pueblo, saben cómo trabajamos.
—Bueno entonces eso no nos da alternativa para robar cuerpos, o para manejarlos
— ¡Nos cierra el juego Luke!—Lo fulminó con la mirada—Y sé lo que piensas, no volveremos a lo metafísico, por nada del mundo, el juego de esos fantasmas que mueven objetos y se alimentan del miedo no es lo nuestro.
— ¡Tengo una idea!—Exclamó Luke excitado— Podemos crear nosotros a nuestros propios cuerpos, así podríamos vivir lo que quisiéramos, y tener los cuerpos que queramos.
La historia de
estas dos almas se extiende más allá, hasta los años 00s pero no es eso a lo
que seguiremos, sino a una delas almas que desecharon… y eso remonta a los años
90s...